19 de diciembre 2011
Algunas preciosidades empiezan como granos de arena.
Encerrado en una ostra, un granito se convierte en una perla iridiscente, lustrosa y hermosa para la vista.
Al precipitarse por la atmósfera a 35 kilómetros por segundo, un sencillo granito de arena cósmica se convierte en un impresionante meteoro que muestra su fugaz belleza a cualquiera que le preste su atención.
La lluvia de meteoros de las Gemínidas de este año tuvo su momento de mayor actividad la semana pasada cuando amantes del cielo llegaron a contar hasta 150 meteoros por hora, a pesar del brillo de la Luna.
En la imagen captada desde el volcán Taftán en el sureste de Irán, un meteoro raya el cielo entre la brillante estrella Sirio a la izquierda y la constelación de Orión cerca del centro de la imagen.
Los observadores del cielo están esperando a las Gemínidas del año que viene, cuando tendrán su momento de máxima actividad durante una Luna nueva poco molesta.
Crédito para la imagen & derecho de autor: Arman Golestaneh