Filolao de Tarento
Fue discípulo de Pitágoras, y como él, pensaba (año 480 a. C.) que la tierra era esférica.
Lo que lo diferenciaba de los pensadores de entonces es que él creía en un universo con un fuego central, y que la Tierra se movía y daba vueltas en torno a ese fuego, al igual que el Sol, la Luna y los cinco planetas conocidos hasta entonces.
También creía en una anti-tierra o contratierra, una antítesis de nuestro planeta que se movía también alrededor de ese fuego central y a la misma velocidad que la tierra, y es por ello que no era posible verla, porque permanecía siempre al otro lado del Sol.
Probablemente la razón para añadir este décimo elemento es porque así la suma de cuerpos celestes era de diez, número perfecto.
Quizá fuera el primero en enunciar que la Tierra se movía en el espacio.