29 de junio 2012
Como parte de una expansión oscura que divide el densamente poblado plano de nuestra galaxia la Vía Láctea, la Grieta del Águila forma un arco a través de los cielos de verano del hemisferio norte cerca de la brillante estrella Altair y el Triángulo de verano.
Perfiladas contra el difuso brillo estelar de la Vía Láctea, sus polvorientas nubes moleculares probablemente contienen materias primas para formar cientos de miles de estrellas y los astrónomos investigan ansiosamente las nubes en busca de signos reveladores de nacimiento estelar.
Este primer plano telescópico mira hacia un fragmentado complejo de nubes oscuras en el Águila identificado como LDN 673, que se extiende a través de un campo de visión ligeramente más ancho que la Luna llena.
En la escena, las visibles indicaciones de flujos energéticos asociados con estrellas jóvenes incluyen la pequeña y rojiza nebulosidad RNO 109 arriba a la izquierda y el Objeto Herbig-Haro llamado HH32 arriba y a la derecha del centro.
Las nubes oscuras en el Águila se encuentran a una distancia estimada de unos 600 años-luz.
A esta distancia, este campo de visión abarca alrededor de 7 años-luz.
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Créditos para la imagen & derechos de autor: Adam Block, Mt. Lemmon SkyCenter, University of Arizona.
La formación estelar por el colapso de nubes moleculares
Simulación del colapso y la fragmentación de una nube molecular.
Los cálculos usados modelan el colapso y la fragmentación de una nube molecular con una masa 50 veces mayor que la de nuestro Sol. La nube mide inicialmente 1,2 años luz (9,5 millones de millones de kilómetros) de diámetro, con una temperatura de 10 grados Kelvin (-263 grados Celsius).
Crédito para el vídeo: UK Astrofisical Fluids Facility.
Nebulosas oscuras en el Atlas del Universo.