13 de marzo de 2013
Las nebulosas planetarias pueden parecer simples, redondas y similares a planetas en telescopios pequeños.
Pero las imágenes del telescopio espacial Hubble han llegado a ser bien conocidas por mostrar que estos envoltorios de gas fluorescente de moribundas estrellas similares al Sol poseen una asombrosa variedad de detalladas simetrías y formas.
Esta imagen en color compuesto del Hubble de NGC 6751, la Nebulosa del Ojo Brillante, es un hermoso ejemplo de una clásica nebulosa planetaria con características complejas.
Fue seleccionada en abril de 2000 para conmemorar el décimo aniversario del Hubble en órbita, pero fue reprocesada recientemente por un aficionado, como parte del programa Legado del Hubble.
Los vientos y la radiación de la estrella central intensamente caliente (140.000 grados Celsius) han creado, aparentemente, los rasgos parecidos a serpentinas de la nebulosa.
El diámetro actual de la nebulosa es de aproximadamente 0,8 años-luz o alrededor de 600 veces el tamaño de nuestro Sistema Solar. NGC 6751 está a 6.500 años-luz de distancia en la constelación de altos vuelos del Águila (Aquila).
Crédito para la imagen: Archivo Legado Hubble, ESA, NASA; Procesado – Donald Waid.
Agradecemos al equipo de la A.P.O.D. su esfuerzo diario.
Traducción: www.astronomia-iniciacion.com.
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Mañana: PanSTARRS a la vista
Una nebulosa planetaria es formada cuando una estrella expele sus capas más externas después de que se le haya acabado el combustible que había estado quemando. Estas capas más externas de gas se expanden, formando una nebulosa que suele tener la forma de un anillo o de una burbuja.
Hace alrededor de 200 años, William Herschel llamó a estas nubes esféricas nebulosas planetarias porque le parecían redondas como los planetas.
En el centro de una nebulosa planetaria aún puede verse el remanente brillante de la estrella que dio origen a la formación de la nebulosa.
Crédito para el vídeo: Ilumbra.