15 enero 2012
Nubes de polvo cósmico rizan este retrato en infrarrojos de la galaxia satélite de nuestra Vía Láctea, la Gran Nube de Magallanes.
De hecho, la extraordinaria imagen, compuesta por el Observatorio Espacial Herschel y el Telescopio Espacial Spitzer, muestra que nubes de polvo llenan esta galaxia enana vecina de manera parecida al polvo a lo largo del plano de la misma Vía Láctea.
Las temperaturas del polvo tienden a dar indicios sobre actividad de formación estelar.
Los datos de Spitzer, en tonos azules, indican el polvo calentado por estrellas jóvenes y calientes.
Los instrumentos de Herschel nos muestran los datos de imagen que se ven en rojo y verde, las reveladoras emisiones de polvo de las regiones con temperaturas más bajas y intermedias, donde la formación estelar está empezando o se ha detenido.
Dominada por las emisiones de polvo, la apariencia infrarroja de la Gran Nube de Magallanes es diferente de las vistas en imágenes ópticas.
Sin embargo, la conocida Nebulosa de la Tarántula que se encuentra en esta galaxia aún destaca, fácilmente se ve aquí como la región más brillante a la izquierda del centro.
A tan sólo 160.000 años luz de distancia, la Gran Nube de Magallanes es de unos 30.000 años luz de diámetro.
Crédito: ESA / NASA / JPL-Caltech / STScI
Vídeo del observatorio espacial Herschel
Herschel, el observatorio espacial de vanguardia de la ESA, lleva el mayor y más poderoso telescopio infrarrojo jamás lanzado al espacio. Una misión pionera para estudiar el origen y la evolución de estrellas y galaxias que ayudará a comprender cómo el universo llegó a ser lo que es hoy.
Crédito para el vídeo: ESA